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Violencia y show: el reality de Gran Hermano

Gritos, discusiones y peleas. Todo esto caracteriza a la nueva edición del programa televisivo con más puntos de rating.

martes, 14 de mayo de 2024 - 12:26

En las últimas semanas, el reality show de Gran Hermano estuvo en el foco del debate público debido a la violencia que se ejerce sobre todo por parte de la participante “Furia” Scaglione que constantemente se pelea con sus compañeros, los agrede verbalmente y los debilita psicológicamente para sacar ventaja en el juego.

La psicóloga Macarena Mayorga (@psicodelsur_), explica que se practica la violencia al interior de un vínculo cuando “a través de algún patrón de agresividad ejerzo poder o fuerza con algún fin/objetivo. Quizás asustar, someter o dominar, ponderar una postura, controlar o hasta incluso ganar un juego”.

Respecto de la diferencia entre entender y justificar los actos agresivos de una persona que haya sido víctima de violencia o que haya vivido en un contexto violento, menciona que “en la primera consideramos todos los factores detrás de una conducta y se vislumbra cierta empatía, pero de ninguna manera podemos justificar su comportamiento en el presente, porque eso significaría dejar en un lugar de pasividad a la persona y no empujarla a ser responsable de algún cambio, incluso -y sobre todo- cuando se tratase de una conducta violenta”.

En Argentina, el programa de Gran Hermano se realizó por primera vez en el año 2001 y actualmente se encuentra transmitiendo su 12° edición. A lo largo del juego que dura alrededor de cuatro meses, los participantes deben vivir en una casa y permanecer aislados de la sociedad, nominándose entre sus compañeros y siendo eliminados por el público, hasta que finalmente uno de ellos se convierte en el ganador del premio millonario. El reality lidera el rating de la televisión argentina con más de 20 puntos.

La psicóloga Macarena Mayorga define al programa como un juego violento. "Digo, el primer paso es conquistar al televidente con algún enganche que seduzca y un agite masivo. Luego, manipulo para que la audiencia siga presente. Y después, una vez que se asegura tener un público controlado (o “enamorado”), hasta incluso que ya haya normalizado pequeños comportamientos violentos disfrazados de “humor” o “chistes”, recién ahí ejerzo otro tipo de violencias: insultos, gritos, enfrentamientos con expresión corporal agresiva” expresó la profesional.

Por último, la especialista opinó que “Gran Hermano es una trampa en la que caen quienes no cuestionan la norma ni los discursos de odio, pero nos convoca a todxs porque es la sociedad la que sigue legitimando los patrones de agresividad, y para dejar de hacerlo tenemos que hacernos responsables y activos, porque también en nombre de “prefiero no opinar” se sostiene la violencia de manera pasiva”.